Cuando
ya no sabía qué hacer,
cuando
la noche era más oscura,
salí
en busca del destino.
Caminé
descalzo sobre la hierba,
sentí los ojos de las estrellas mirándome,
el
aire frío me hizo sentir vivo.
Dejé
que el universo me respirara,
me
abrí camino hacia mí
y
me reconocí en el mundo que me rodeaba.
Cerré
los ojos a los hechos,
abrí
mi mente a las sensaciones
y
sentí en mí las muchas vidas
que
yo era y que podía ser.
En
esa noche cuando más oscura
era
mi existencia,
cerré
mis ojos a los hechos
y
me abandoné a la vida.
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