Yo resucito frente a
ti.
Dejo de morirme.
Abandono mi tristeza.
Me convierto a la vida.
Soy eterno.
Después de tantos años,
de perdernos en otros amores,
de pretender olvidarnos,
después de todo lo que no nos dijimos,
de los besos que no nos dimos,
de las noches que no pasamos juntos,
de las tardes que no salimos
a caminar sueños
junto al Rin o al Guadalquivir,
he regresado al sitio
donde nuestra última vez
se pierde
y entramos al territorio de la ausencia.
Después de tantos años
sólo sé que lo que nunca será
aún me hace falta.