Aún
recuerdo cuando
tus
manos derretían
el frío de mi piel
y
volaban enamorándome,
cuando
nuestros cuerpos cantaban de placer
y
la luna se asomaba a oír el canto enamorado
del
mundo mientras hacíamos el amor.
Aún
recuerdo que no queríamos despertar
de ser nosotros, de amarnos.
Nuestras
vidas
se soñaban toda la noche
y
nuestra pasión nadaba
en el mar de nuestro amor.
Ahora
que estoy muriendo
recuerdo
que por un instante
nuestros
sueños
fueron interminables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario