Esa noche
cuántas
horas le robamos
a
la tristeza
y
los sueños
qué
cantidad de deseos
esculpieron
en nuestros cuerpos.
Aún
siento en la piel
la caricia de tus besos
y
me pregunto
si
tus besos todavía
suspiran por mi piel.
Sé que esa noche
el
universo desató
en
los dos
un mar de pasiones,
que olvidamos los miedos.
Por
una noche
el
amor nos devolvió
la
eternidad perdida.
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