martes, 13 de agosto de 2013

Poema 11

Te observo 
sentada a orillas del Rin,
plena de juventud,
mirando distraída el horizonte
mientras el verano te envuelve
y la brisa eriza mis ilusiones.
Me traes de un golpe
todo el calor de tu querer,
de tu amor,
de la ternura
que se asoma a tu sonrisa
y a esos ojos
que no conocen de tristezas.
El pelo dulcemente desordenado
de un coqueto
entre inocente y seductor,
que cae descuidado sobre tus hombros
todo lo cubre y lo muestra.
Desde tus sueños me miras
llena de optimismo.
Me devuelves la felicidad
como si el tiempo se hubiera parado
para dejar en mi corazón el rastro
del amor que aún no conocía.
Eres un instante eterno
que me adora
y me devuelve los sue
ños
de la vida interminable.

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