Qué
difícil amarla
y
sólo poder manifestarlo
con
torpeza, pues no sé hacerlo mejor;
querer
estar con ella,
pero
preservar al mismo tiempo
mi
necesaria soledad;
hablar
con ella
sin
saber bien lo que quiero
y
lo que soy;
seguir
siendo sin perderme
en
lo que ya no soy;
entenderme
y aceptarme
cuando
cada día al amanecer
ya
soy otro;
aceptar
que nunca soy el mismo
aunque
me sienta el mismo;
comprenderla,
porque
ella también cambia continuamente
y
casi siempre
sólo somos fugaces instantes
del deseo y el amor;
del deseo y el amor;
conocer
la alegría y la dicha
y
resignarme a perderlos
una y otra vez.
una y otra vez.
Qué
difícil ser este cambio continuo
que
es mi destino,
este amor secreto que no cesa
este amor secreto que no cesa
y saber que jamás caminaremos
tomados
de la mano
por
una calle llena de gente
ni nos diremos una vez más
lo
mucho que nos amamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario