La
miras
una vez más
y
entiendes
que no puedes volver,
porque
sería matar
el
amor que hubo entre los dos,
dejar
de soñar sus besos
y
no volver a intuir
su
piel sobre tu piel.
La
miras una última vez más
y
en silencio
te llevas para siempre
lo
mejor de los dos:
un
recuerdo maravilloso.
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